Fuimos a ver a Floki a su estudio de cerámica en Sevilla. El espacio estaba lleno de arcilla, esmaltes y piezas en distintas fases de vida: algunas recién salidas del horno, otras aún húmedas esperando a tomar forma. Nos enseñó cómo trabaja el torno, cómo el barro se va centrando poco a poco bajo sus manos hasta convertirse en algo reconocible. También descubrimos los procesos más silenciosos: preparar la arcilla, esperar los tiempos de secado, esmaltar. Todo sucede con calma, pero con una energía constante que da carácter a cada una de sus piezas.